TROTE A TROTE
El parque se abre paso ante sus pies, protegidos por zapatillas con aire.
A Simón le gusta trotar , sentir el viento en la cara, oler la tierra, lo árboles.
En alguna revista leyó sobre los beneficios de hacer ejercicio, especialmente trote para mantenerse en forma.
Habitualmente el parque está concurrido y a la hora que Simón va, los usuarios cambian, los niños poco a poco dan paso a jovencitos con vestuarios a la moda, cabellos de colores y aros, no sólo en las orejas y nariz, sino en cejas, labios y otras partes del cuerpo.
Simón trota, una vuelta tras otra, sin cansancio, a un ritmo que le permitiría hacerlo hasta dos horas o más. De vez en cuando un muchacho le acompaña un tramo y luego vuelve a quedar solo.
En el parque los adolescentes se drogan y consumen alcohol, en latas de gaseosas para despistar a los guardias municipales y a la policía.
Cada cierto rato, pasaa el carro de la policía, se acerca a algún grupo de jóvenes y a medida que anochece pierden el pudor y registran uno por uno a los integrantes de los nutridos grupos.
Simón trota, Simón mira, sintiendo la libertad de no ser molestado, de ser considerado un tipo sano en ese ambiente de fiesta y juerga.
A Simón le gusta trotar , sentir el viento en la cara, oler la tierra, lo árboles.
En alguna revista leyó sobre los beneficios de hacer ejercicio, especialmente trote para mantenerse en forma.
Habitualmente el parque está concurrido y a la hora que Simón va, los usuarios cambian, los niños poco a poco dan paso a jovencitos con vestuarios a la moda, cabellos de colores y aros, no sólo en las orejas y nariz, sino en cejas, labios y otras partes del cuerpo.
Simón trota, una vuelta tras otra, sin cansancio, a un ritmo que le permitiría hacerlo hasta dos horas o más. De vez en cuando un muchacho le acompaña un tramo y luego vuelve a quedar solo.
En el parque los adolescentes se drogan y consumen alcohol, en latas de gaseosas para despistar a los guardias municipales y a la policía.
Cada cierto rato, pasaa el carro de la policía, se acerca a algún grupo de jóvenes y a medida que anochece pierden el pudor y registran uno por uno a los integrantes de los nutridos grupos.
Simón trota, Simón mira, sintiendo la libertad de no ser molestado, de ser considerado un tipo sano en ese ambiente de fiesta y juerga.
En las últimas vueltas aumentan sus eventuales acompañantes y por un momento parece que ya no está solo, sin embargo al cabo de unos minutos, vuelve a ser el solitario trotador nocturno, con su atuendo deportivo que choca con el paisaje humano del lugar.
Cuando vuelve a la pequeña pieza que arrienda, se saca la ropa, primero las zapatillas, luego las calcetas, la sudadera; antes de sacarse el pantalón, saca de sus bolsillos un puñado de billetes. A ese ritmo en unos cuantos meses podrá comprar su propia casa.
Si sus proveedores son tan ingeniosos y cuidadosos como él, sólo tendrá que trotar.
Si sus proveedores son tan ingeniosos y cuidadosos como él, sólo tendrá que trotar.