BIENVENIDO AL MUNDO DE LOS SUEёOS, DE LAS HISTORIAS QUE NACEN DE LA VIDA COTIDIANA, LA SOLEDAD Y LA FANTASÍA

24 noviembre, 2005

SUERTE

Se acuerdan de mí, preguntó el policía…
En los siguientes interminables diez segundos, Santiago vio pasar toda la película por su memoria. Había sido por lo menos un mes antes, los cuatro amigos, en el vistoso Volkswagen Beetle, de vuelta de comprar marihuana, él, Paula, Sebastián y “el gringo”, seudónimo con el que se referían a Roberto, aunque de descendencia árabe, porque había vivido varios años en Estados Unidos.
De pronto, unos metros adelante un control policíaco. A ver jóvenes, sus credenciales, los papeles del auto. Entregaron los documentos, todo estaba en regla. El policía argumentó: -vienen volados- No, cómo se le ocurre, dijo uno de ellos. Por los ojos rojos, dijo el policía, bajen, agregó. Bajaron del auto e inmediatamente los obligó a vaciar sus bolsillos. Sólo llaves y uno que otro papel inútil. El policía que intuía el porte y consumo se sintió molesto, procedió a revisar el automóvil sin encontrar la marihuana.
Cada vez más molesto, fue al vehículo policial y llamó por radio solicitando la presencia de una mujer policía para que registrara a Paula. No tardó en llegar el otro carro, de él se bajó una hermosa joven, cuyos ojos verdes sobresalían con el uniforme.
Llevó a Paula al vehículo en que venía y se dispuso a registrarla, intención que se vio frenada por el ataque de llanto de la adolescente. La joven policía intentó contenerla, mientras Paula entre sollozos decía: mi padre me va a castigar. La joven policía dijo: -No te voy a registrar, pero no lo cuentes a nadie. Luego se bajaron del Automóvil policial y la mujer policía dijo: -Está limpia-
Felices y con la sensación de haber vivido una gran aventura, los cuatro jóvenes siguieron su camino, llegaron a casa de Pablo, Paula metió su mano bajo el sostén, sacó el paquete y se repartieron la marihuana, fabricaron un cigarrillo y lo fumaron riendo.

En esta ocasión andaban solos, “el gringo” había pedido a Santiago que lo acompañara a su casa, un sector absolutamente distinto al de la aventura, a buscar un libro. Salieron del colegio en el Beetle amarillo, en el camino, el gringo sacó un paquete de marihuana e hizo un cigarrillo, que rapidamente consumieron. En la mitad del camino de vuelta al colegio, en un semáforo, se acercó un policía, para ellos, cualquier policía, hasta que preguntó: -Se acuerdan de mí-

Dos ideas quedaron dando vuelta en la cabeza de Santiago, una, la memoria del policía, la segunda, ni él ni su amigo usaban sostén.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy lindo esta para partirloo en 1.000.000.000 pedazitos y hacer un ricolash

mar sept 09, 02:36:00 p. m. 2008  
Anonymous Anónimo said...

Muy lindo esta para partirloo en 1.000.000.000 pedazitos y hacer un ricolash

mar sept 09, 02:37:00 p. m. 2008  

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