BIENVENIDO AL MUNDO DE LOS SUEёOS, DE LAS HISTORIAS QUE NACEN DE LA VIDA COTIDIANA, LA SOLEDAD Y LA FANTASÍA

28 enero, 2006

CADUCIDAD

Llegué a la puerta de la oficina de mi jefe, dispuesto a solicitarle un aumento de salario, conforme sentía estaba trabajando bien, aportando un poco más de lo que son mis responsabilidades.
Cada reunión de pauta, del departamento de noticias del canal de televisión en que trabajo, ha sido para mí un verdadero desafío, en ellas pongo todo mi espíritu creativo, aportando las mejores ideas, que han hecho de este departamento de noticias, uno de los más exitosos de la televisión de mi ciudad.
Hola, toma asiento, dijo él, te he hecho llamar para conversar sobre tu desempeño laboral, de los últimos doce meses. En ese momento pensé: Aquí viene la felicitación y probablemente el ascenso con el correspondiente aumento de salario.
Como te iba diciendo, debes saber, que como está el mundo hoy, me refiero a la caducidad, no sé si me entiendes, dijo, y prosiguió: con los bruscos cambios en las comunicaciones, la incorporación de nuevas tecnologías y el surgimiento de periodistas aficionados, que no se despegan la cámara fotográfica, publicando cada acontecimiento en sus blogs, el panorama se nos está complicando, lo que nos obliga a transformarnos cada día, ¿me sigues?
Hace un tiempo tuvimos que implementar la página Web; luego el blog, para que el público pudiera dejar sus comentarios y no sé que se nos viene, lo cierto es que debemos ir con el tiempo…
Allí detuvo el discurso, mientras él hablaba, yo pensaba en cómo introducir mi petición de aumento de salario, debo confesar que durante toda la conversación, quiero decir discurso, me había mantenido con mi atención dividida. Recuerdo que hace unos años, cuando llegué al canal, fui el primero en decir que necesitábamos una página Web, y luego en reunión de pauta, di la idea del blog, por eso, a esa altura, pensé tenía asegurado el aumento.
Entonces mi jefe prosiguió: creo sinceramente que necesitas reinventarte, necesitas cambiar tu discurso, de lo contrario…Allí se interrumpió bruscamente y preguntó: ¿Cuál es tu oferta? Debe haber visto mi cara de asombro, porque de inmediato cambió la pregunta: ¿Qué perdería el Canal si tú no estuvieras?
En ese momento, divisé como mi aumento se iba volando lejos, como golondrina en pleno invierno.
Bueno… yo… eh, creo que tiene razón, dije, necesito reinventarme. Estaba claro que el Director de prensa se había adjudicado cada una de las ideas que en estos años aporté, y que cualquier intento por aclarar la situación, significaría quedar sin trabajo.
Me puse de pie y con una sonrisa dije: Es un compromiso, en el curso de la semana presentaré un par de proyectos de innovación. Me di la vuelta y junto con mis aspiraciones de aumento, salí de la oficina.
Estoy dedicado de lleno a la creación de un programa que junte las noticias con el humor, después de todo, en los acontecimientos diarios, no falta por qué reírse. Además estoy amaestrando un loro para que lea el informe del tiempo.
Por otra parte, estoy tratando de inventar un cintillo con cámara de televisión y televisor en miniatura incorporado, ambos de bajo costo, al que pienso darle varias utilidades: La primera es grabar cada reunión de pauta, para dejar registrado lo que cada uno dijo o no dijo, la segunda, para que las personas puedan ver el noticiero en el cintillo del transeúnte que tenga al frente en el tren subterráneo y la tercera, para pasar avisos publicitarios y cobrar por el servicio. En una de esas, llega un chiquillo de dieciocho años, menos caduco, inventa no sé que y me deja sin trabajo, por lo menos puedo ganar dinero llevando publicidad en el cintillo, por las calles de mi ciudad.