BIENVENIDO AL MUNDO DE LOS SUEёOS, DE LAS HISTORIAS QUE NACEN DE LA VIDA COTIDIANA, LA SOLEDAD Y LA FANTASÍA

25 marzo, 2006

CRISTINA

-Cristina, ¡cásate conmigo!-
-Te he dicho tantas veces que no me siento preparada-
-Vivamos juntos entonces-
-No lo sé-
-¿Qué no sabes?-
-No sé si quiero volver a vivir con un hombre-
-Eso es por tu mala experiencia matrimonial-
-Puede ser-
-Pero tú dices que me amas-
-Escucha Daniel, me gustaría algún día volver a vivir en pareja, sin embargo, siento que si me emparejo contigo, y luego encuentro al “Hombre de mi vida”, me sentiría fracasando una vez más-
-¿Quizás deseas que terminemos?-
-No, temo darme cuenta después, que tú eras el “Hombre de mi vida”-

Así son las conversaciones habituales de Cristina con Daniel, evasivas para eludir una relación más seria, un compromiso que a Cristina le asusta.
Sueña encontrar un hombre que satisfaga todas sus expectativas. Si Daniel le hubiese propuesto vivir juntos, cinco años antes, habría aceptado gustosa, involucrando a sus dos hijos, en ese momento pequeños, en la aventura. Es que en ese tiempo estaba saliendo de un mal matrimonio. Acostumbrada a una pésima relación sexual matrimonial, Daniel fue para ella un “Rey”, una revelación, único en el mundo.
Claro, en estos cinco años ha tenido otros amantes pasajeros, y se ha dado cuenta que Daniel es uno más, aunque tiene claro que está acostumbrada a su presencia y que lo extrañaría si no estuviera.
Atrás quedaron los tormentosos días en que recién separada de su esposo, debe soportar las escenas que éste le hace al saber de Daniel, ahora su esposo tiene pareja y la relación se ha tornado amistosa. Cristina recuerda un tiempo en que volvió a estar con su esposo, estando separados. En la ocasión le pareció un buen amante, y se atrevió a decirle:
-¿Por qué no me hacías así el amor estando casados?
Él respondió:
-Porque te encontraba tan niña, tan virginal-
Cristina se imagina que mientras a ella apenas la tocaba, debía tener amantes con las que desahogaba sus pasiones. Hoy, esto sólo la hace reír.

Hace un par de días, Cristina se ha encontrado con Juan Carlos, un conocido con el que ha conversado algunas veces en los últimos seis años. En las pocas conversaciones que han tenido, ambos se han sentido cómodos y entretenidos, le ha contado muchas cosas de su vida, de su esposo, de Daniel, de los difíciles días posteriores a su separación. Él le ha contado también de su vida, también es separado, y nunca ha vuelto a vivir con una mujer.
A Cristina hay dos cosas que le llaman la atención: una, que cada vez que conversa con él, terminan hablando de amor y sexo, la otra, que en años de conocerlo, sabiendo que podría resultarle atractivo, teniendo la fuerte convicción de que él la encuentra atractiva, nunca la ha invitado a salir.
Es raro este Juan Carlos, piensa, y en ese momento encuentra la respuesta a sus reticencias frente a adquirir un compromiso con Daniel, le falta conocer a los Juan Carlos, que andan por ahí, dentro de los que podría estar el “Hombre de su vida”.